Tragedia en Melilla: Asfixiados Por La Lógica Securitaria De Las Fronteras
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El 24 de junio de 2022 se produjo una de las mayores tragedias de las que nos ha quedado constancia en las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla (España). Murieron entre 23 (cifra oficial) y 37 (cifra ofrecida por algunas ONG) personas, además de cientos de heridos, durante una intervención contundente y violenta de la policía marroquí para evitar que alcanzaran territorio español. El argumento de este artículo es que esta tragedia no es un accidente, sino el fruto de las políticas de securitización de las fronteras y de su externalización por parte de los países receptores de refugiados y migrantes.
Para entender qué ocurrió es fundamental conocer lo que implica la situación geográfica de estas dos ciudades españolas. Melilla es una ciudad española que está situada en el continente africano, concretamente frente a la Costa del Sol, y es la herencia del protectorado español en Marruecos, al igual que Ceuta, situada en el Estrecho de Gibraltar. Las dos ciudades españolas son la primera frontera terrestre que pueden alcanzar personas que necesitan solicitar la condición de asilo por estar escapando de conflictos bélicos, como el de Sudán, país del que procedían muchas de las personas que murieron el pasado 24 de junio. Estas fronteras terrestres son también una oportunidad para aquellas personas migrantes que se encuentran en una situación económica tan precaria que no tienen capacidad para pagar a los que organizan los trayectos en patera desde las costas africanas. Desde 1971, la frontera entre esas ciudades españolas y Marruecos, un total de 18 km (8 en Ceuta y 10 en Melilla), está delimitada por una pequeña alambrada. A partir de los años 90 dichas alambradas se empezaron a elevar y a hacerlas más complejas hasta configurar una barrera de triple vallado para dificultar los saltos.
El salto masivo del 24 de junio, como muchos otros anteriores, tiene que ver en parte con el contexto de asedio policial a la que están sometidos los subsaharianos en los montes de Nador, la localidad marroquí más próxima a esa frontera. En esos montes suelen concentrarse miles de personas en condiciones muy precarias, tanto por las carencias propias de sobrevivir en el monte, como por el trato que reciben de la Gendarmería marroquí. Una de las personas que consiguió cruzar el día de la tragedia relataba que “los marroquíes me pegaron demasiado. Tengo una pierna rota (...), había redadas todo el rato, nos escapábamos, hasta que vimos que no podíamos esperar más por esa situación insostenible, (...), cuando venían los gendarmes, nos quitaban hasta las lentejas. Lo quemaban todo” (ElDiario.es, 26/06/2022). Según informaciones ofrecidas por diferentes diarios de tirada nacional en España, la presión en los montes de Nador estaba aumentando en el último mes y medio por parte de la Gendarmería marroquí y, en general, desde el pacto de colaboración en materia de seguridad que firmaron los gobiernos de ambos países en marzo de este año. Esto hizo aumentar la tensión en la zona y, en última instancia, provocó el desesperado intento por cruzar a España que se produjo ese día.
Esta participación de las fuerzas de seguridad marroquíes en el control migratorio hacia España no es algo novedoso. Ya en 2009 se implementó el llamado II Plan África con el que se comienza a llevar a cabo una estrategia de externalización de las fronteras, es decir, la construcción de una estructura que traslada la gestión de los flujos migratorios hacia terceros países (en el caso de la frontera sur, a Marruecos). Esta externalización es una piedra más en el muro de la securitización de las migraciones, es decir, la transformación de la movilidad humana en un problema de seguridad nacional construida sobre la idea de “riesgo”. Esta estrategia de la Unión Europea (UE) se ha concretado en las últimas décadas en la creación de la Agencia FRONTEX (2005) y la nueva concepción de la UE a raíz del Tratado de Lisboa, en la Estrategia de Seguridad Interior de la UE, en el Enfoque Global de la Migración y la Movilidad (GAMM), en la Política Europea de Vecindad (PEV), o en la Agenda Europea de Migración.
A pesar de que los saltos se vienen produciendo desde que se elevaron las vallas fronterizas que separan Ceuta y Melilla del territorio marroquí, sólo se han contabilizado estos de forma sistemática por parte de la Administración desde 2013. Estos datos no se hacen públicos de oficio ni se publican de forma periódica. No obstante, la última actualización la conocemos gracias a la consulta realizada por un grupo parlamentario en mayo de 2022 (184/86155), son los siguientes datos:
Año | Saltos en Ceuta | Saltos en Melilla |
---|---|---|
2013 | 1 | 51 |
2014 | 47 | 2069 |
2015 | 474 | 448 |
2016 | 802 | 474 |
2017 | 1174 | 341 |
2018 | 821 | 604 |
2019 | 246 | 191 |
2020 | 3 | 94 |
2021 | 131 | 950 |
2022 | 257 | 922 |
No se incluyen en esta tabla a las personas que cruzaron el 17 de mayo de 2021 por Ceuta, cerca de 12.000 personas. Tampoco queda claro si se contabilizan a las personas a las que se les aplican las llamadas “devoluciones en caliente”, es decir, una expulsión inmediata y sin trámites administrativos por parte de las fuerzas de seguridad. Tampoco se ofrecen datos de los intentos de salto que no fructifican y que conocemos a través de la prensa, seguramente proporcionadas por las delegaciones de gobierno de cada ciudad. Con esto queremos apuntar que las cifras aportadas no contemplan toda la dimensión de la tensión que se vive en esa frontera.
Sin embargo, sí sabemos a través del Ministerio del Interior que sólo en 2021 se registraron 3.277 solicitudes de asilo en Melilla y 3.152 en Ceuta. También sabemos que las 133 personas que consiguieron cruzar la valla el 24 de junio han sido solicitantes de asilo y que la mayoría son sudaneses, la cuarta nacionalidad con mayor tasa de reconocimiento de la situación de asilo en 2021 en España (91,75%). Otro dato conocido es que la única forma que actualmente tienen las personas para buscar refugio en España es cruzando la frontera, ya que es imposible acceder de otra forma a la oficina situada en el lado español. Es decir, se está repeliendo de forma violenta a personas que en un amplio porcentaje son merecedoras de protección internacional. Es una situación que lleva siendo denunciada desde hace casi una década por organizaciones sociales y por el Defensor del Pueblo. En este sentido, la guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto las enormes diferencias que existen en la respuesta que se les da a los solicitantes de asilo según su procedencia.
A modo de conclusión, queremos ofrecer uno de los testimonios de las personas nacidas en Sudán que consiguieron pasar la frontera este día: Hitham perdió a su amigo Hadid en la avalancha que se produjo durante el último salto a la valla de Melilla. Comenzó su proyecto migratorio en 2019, huyendo del conflicto en Sudán. Hitham llegó primero a Libia, sufrió todo tipo de abusos allí por parte de las mafias de tráfico de personas, intentó cruzar el mar tres veces con destino a Italia y fue devuelto a Libia otras tantas. Vio morir a amigos suyos en el mar. Ante la imposibilidad de cruzar por allí, continuó su camino hasta los montes de Nador, donde estuvo esperando en condiciones infrahumanas debido a la presión ejercida por la gendarmería marroquí (ElDiario.es, 26/06/2022). Finalmente le será reconocida su condición de asilado porque consiguió cruzar, otros, como su amigo Hadid, no han tenido la misma suerte.
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How to cite this blog post (Harvard style):
J. Sepúlveda-Rubio and E. García-España. (2022) Tragedia en Melilla: Asfixiados Por La Lógica Securitaria De Las Fronteras. Available at:https://blogs.law.ox.ac.uk/border-criminologies-blog/blog-post/2022/07/tragedia-en-melilla-asfixiados-por-la-logica. Accessed on: 19/11/2024Share
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